lunes, 8 de noviembre de 2010

Esto no esta donde lo dejé la ultima vez (sobre reptiles y otras lagartijas).

El primer paso es identificar al reptil, una vez me dijo una rana que hay tantos procesos de identificación como personas haya, tantos códigos por unir, que era complejo, y que mejor no piense en ello, que lo identifique a mi antojo, pero que no deje de hacerlo, que me podria equivocar algunas, varias o todas las veces que lo intente, y que por eso ya valia la pena.
El reptil suele aparecer timidamente, cuando entramos al baño y prendemos la luz, ellos facilmente corren y se esconden en un lugar seguro, digase inhodoro, rejilla, etc.
A medida que se adentra en la noche, como un interés va sumando lugares el reptil (interés en sentido capitalista), aportado por copas y/u/o otras drogas el raro bicho adaptado, culmina comiendo postre a nuestro lado, y uno cosquilleandole las escamas, o dejandos lamer por su lengua en forma de Y detras de la oreja, sintiendo ese tan bonito cosquilleo en el pene.
Si es lagartija no importa mucho, si es dragón de comodo ya inquieta un poco mas, si es serpiente cobra, ya es para da para precaución.
Ahora! si no somos encantadores de serpientes, ni domadores de dragones de comodo, o no llevamos lechuza en el hombro, nos queda el tiempo y la suerte, muchas veces no llegamos al suero antiofidico, cosa que no debe suceder.
Y si de géneros hablamos, la tragedia del reptil es terminar dinosaurio, y gracias a ellos, hoy conducimos coches, alimentamos calderas de centrales termoeléctricas, mandamos cohetes al espacio, es decir, al final de cuentas, todo es tan relativo. Y nunca dejes de disfrutar hacerte lamer por un reptil, me decia la rana.

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