jueves, 22 de septiembre de 2011

TODOS TIENEN RAZÓN.

De tanta orgía nacerá un nuevo represor,
de la pelea de espermatozoides,
dulce información en manos pervertidas.
No Hay nada mas duro que la pelea de espermatozoides,
cuan somnolentes vigilias de insomnio,
guerra y puja,
durmiendo en úteros calientes,
potenciales bichitos,
entre la gestación o la muerte.

Las abuelas se horrorizan,
la calamidad les carcome el cerebro,
desgarran sus delantales,
mirando mujeres cada vez mas púberes
vomitando canteros en horas tempranas de días no laborables,
y así en la mesa de domingo
ante lo que queda de la familia repugnan la carne libida,
mensaje dirigido claramente a los presentes,
resultado de guerras mas recientes.
Siendo así moralmente responsables,
y alguno de edad superior (dígase guerra antigua) en sus adentros ríe,
y se regocija recordando como cogí@ hace algunas horas,
en cuatro, con su amante,
mientras acaricia en la cabeza a su hijo menor, y asiente serio!
un “SI, SI” (con la cabeza y la voz).
Ya llega el postre, la belleza,
el fin,
y todo termina,
al menos por unos días,
por que el creador descansa,
al menos un rato,
en el 7mo día.



lunes, 15 de agosto de 2011

Puerta Barreteada

Voy a llegar a mi hogar, comer una lata de sardinas, y recostarme a cerrar los ojos.

(Barreteada la puerta está y abierta)

Había desorden, pero ahora hay mas, sin dudas, alguien entró.
Entraron a gran velocidad, a ritmo de tren, abrir y cerrar cajones, abrir y tirar latitas, y todo escondite de posibles objetos costosos. Arte delincuente, honor a la picardia del esconder, intuición de niño, joyas dinero o electrónica liviana y cara, su objetivo.

El botín central:
En mi escritorio reposaba, llena de sangre por dentro, sangre sucia, sangre derramada y metida por las venas de nuevo, mezclada con arena, pasto, melancolía y cosas no menos lindas. Ahí dormía, como siempre mi laptop, notebook, PC portatil, o como mierda se llame. La cerraron con gran velocidad, salpicó sangre en la pared, y fue chorreando por la escalera, seguí la sangre, doblaba en la esquina, le pedí un pucho al kioskero, no estaba perdiendo tiempo, la sangre ya estaba seca, la pobre persona que se llevó el botín hacía al menos una hora que habría pasado por aquí, decidí volver y esperar que la lluvia, y los pasos de la gente borren las marcas de lo que alguna vez fue mio.
Supe después que tomaron un barco y desaparecieron.
No me importó en lo más mínimo.

domingo, 14 de agosto de 2011

Puerta Barreteada II

Durante los próximos días la sangre iba a seguir ahí, en la pared, en las escaleras del edificio, en la vereda de la vieja enferma de la limpieza, en la pared de la casa de la esquina, hasta la policía había venido a tomar muestras, seguramente algún fiscal debería estar entendiendo el caso, era mucha la sangre. El quiosquero me dijo que con vinagre y agua debería salir la sangre de mi pared y además neutralizar el olor, decidí pedir una tarde libre y dedicarme a la pared.
La mañana siguiente me crucé con la muchacha de la limpieza del edificio, no me preguntó nada, con sus auriculares, arrodillada en el piso, fregaba la sangre de las escaleras, y siguó con su mirada mi pasar, bajando apenas la cabeza en señal de saludo, eso me hizo sospechar, no me importó, siguiendo la sangre por la vereda las sospechas murieron.
Llegué a la parada del 14, la sangre seguía en linea recta desfibrilada por la vereda hacia el sur, pero debía tomar un colectivo, y no estaba con ganas de tener una tarde de detective. Me saqué un auricular para escuchar los comentarios de la gente, la sangre los revoluciona, los conmueve.
Las generaciones se mezclaban en charlas, por amor a los animales, una viejecilla y una jovencilla tristemente decían:

- Seguramente chocaron un perro.
- Si, pobrecillo, se nota que lo chocaron y se arrastro a la vereda, y siguió arrastrándose.
- que pena! que pena! aquí seguramente murió desangrado.
- No! seguro por las heridas internas, cuanta sangre! hay Dios, como no estábamos aquí para salvarlo...
- A dos cuadras de acá todavía hay sangre, quien sabe, quizá fue cojeando hasta su casa, quien sabe! quien sabe! que pena! que pena!

Así seguía la charla, miles de hipótesis, miles de penas, y miles de almas caritativas, todas excitadas por la sangre, una sangre que no valía la pena llorar, una sangre como lo dije antes, sucia. Lógicamente no sentí lastima por el sin sentido del teatro hipotético de tales mujeres, a mas de recién levantarme de una mala noche, y no tenía la más mínima intención de contar ninguna historia, generar ninguna charla, y lo que ellas solo querían era llorar un perro.
Me puse los auriculares, no me importó en lo mas mínimo.
27 min. después llegó el 14, hasta la japy, como siempre.

martes, 26 de julio de 2011

Sol de noche.

Con pequeñas indiferencias
me fuiste robando nafta del auto,
con la manguera de tu traqueotomía,
chupabas del tanque al tarro.

Hoy te vuelven a saludar,
y de cuan grandes abrazos
en el roce te sacan los alfileres
que te fueron clavado.

Tragedia de amantes,
perdonan y mueren,
siempre traicionados.

Otros en el roce
te hunden metales mas nobles,
materiales radioactivos
y hasta una cabeza de momia.

Todos alardean,
aletean como pollos,
y reposan como cerdos,
en la noche de tu cálido sol.

Un sol que no hace crecer plantas,
que no hace paradisíaca ninguna playa,
que no quema mi carne,
que no disuelve glaciares.




lunes, 30 de mayo de 2011

El llamado.

Derechos reales: rama del derecho que rige la relación entre las personas y las cosas. Mi vecino comienza a construir un parrillero, piscina y piecita para objetos de piscina en un patio de 2x2 ilegalmente, (violando en 32 de los 33 artículos del reglamento de propiedad horizontal). Me roban el celular, (un punga, o quizá lo perdí por los efectos del alcohol, pero no, un punga me lo quitó).

oBLIGACIones: (no recuerdo la definición), una parte refiere a cuando tenés una deuda que hay que cumplirla, cualquiera sea la deuda, de plata, de dar algo, de cambiar algo por otra cosa, relaciones entre deudor y acreedor, etc etc. Un maniático secuestra un mono, agarra un cuchillo de carniceria (que solo vende carne de cerdo), levanta ese cuchillo repleto de sangre de cerdo y lo entierra en la guía telefónica, dando con el nombre de un familiar mio, titular de la línea donde yo suelo vivir... mientras lame el cuchillo (con sangre de cerdo) disca, suena 4 veces, mientras apago el bidet, paso el papel higiénico, lo arrojo al cesto y corro a atender ¿Que deber moral tengo para salvar al pobre mono??? pero bueno, jueces, abogados, policías, la cia, y todos seguro han conspirado para que yo pague el rescate al pobre mono, yo o cualquiera que su número hubiera sido atravezado por el cuchillo con sangre de cerdo.

Tenía algun dinero, que iba a destinar para el objeto que me asiste en mi discapacidad permanente, había ahorrado moneda por moneda, recorriendo todos los descuentos de los mercados, dejando de consumir todo bien suntuoso, convirtiendo a mi heladera en un deposito de botellas de agua, no consumiendo el tan tributariamente rebalsado tabaco, drogas, ni nada.

Realizando este descargo mental, rechacé pagar cualquier dinero por aquel mono, y volví a la tarea que aún no había terminado, tomé el diario y me encaminé, volvió a sonar 3 veces para que vuelva a atender el teléfono.
Lo estaba picaneando, en un principio no lo creí pero por como gritaba ese mono terminé por convencerme que le estaban haciendo correr electricidad por el cuerpo.

Encomendé mi fe a historias de redistribución, rehibindicación social, que los pobres no tendrían mas impuestos y que en no mucho tiempo todos podríamos al menos costear nuestros gastos de salud, puse el dinero en una bolsita y la dejé en mi pequeña ventana, junto a unas migas de pan, una paloma estaba en viaje para realizar el cobro del rescate.

Al otro día leyendo el diario, me entero que se cerraba la exportación de carne de cerdo, por cuestiones de precios, toda la cadena de valor del porcino ponía el grito en el cielo en el suplemento "campo litoral" del periódico local. También alcancé a leer que los vecinos de barrio Candiotti despertaron con la triste noticia de que un mono anduvo cometiendo actos de Vandalismo toda la noche, y que en las primeras horas de la mañana mientras era perseguido por un carnicero murió al colgarse del tendido eléctrico, y hasta que fue retirado una paloma lo acompañó. Luego arrojé el papel, jalé el botón, doblé el diario y me fuí a aprender como hace la gente para poder jubilarse.

miércoles, 16 de febrero de 2011

De conejos y escopetas.

Hubo una época en la cual los pensamientos nos dieron ventaja.
Como pocos, en vez de correr, lento y maravillado comencé a ver tantos lugares irrealmente verdaderos. La irrealidad de los corredores no era otra cosa que el producto de su velocidad.
En esas tan lentas caminatas paré a comer hinojo justo al lado de una granja de conejos, y con ellos me puse a mascar la hierba para sentir ese tan inexplicable sabor del hinojo, ese gusto que solo se puede explicar con la degustación. No tardé en sentir esa necesidad que se tiene cuando uno se acerca a un conejo, necesitaba acariciarlos. Eran mansos, suaves y hermosos.
Su criador, también era manso, humano, pero con un cabello tan blanco, tupido y seguramente suave, parecía un conejo.
Mientras ambos acariciábamos unos conejos en una tarde que seguramente era de otoño me dijo, mañana mataré a estos conejos y los comeremos con naranjas y manzanas, ya verás lo ricos que son. En una sensación que se parecía mas al miedo que al horror, no podía creer que un ser que mas que humano era conejo, mataría y comería a lo que ya creía que eran sus hijos. Al ver mi cara siguió: ellos viven felices, comen, se aparean y cada mañana vuelven a nacer, para comer, aparearse y si reciben una caricia despreocupada su felicidad no varía. Así parecía, su destino eran nuestros estómagos, y continuó: pobre de aquel conejo que se va en brazos de una niñita caprichosa que lo querrá como mascota, ese conejo no será más conejo, será solamente algo, reducido a la voluntad de una niña caprichosa y eso si es realmente algo triste, aquel animal querrá morir cuando reciba cada abrazo desmedido, y pensará en suicidarse cada vez que recuerde el sabor a hinojo fresco del campo y la historia demuestra que pocos conejos han sido héroes capaces de suicidarse. También me preguntarás por qué no los dejo ir? si eso sucediera su suerte sería aún peor, si no son los zorros, serán las aves de rapiña, y si no es el hambre, será la cubierta de algún vehículo que los aplastará. Ya lo he hecho, y eso ha pasado, los zorros vinieron a pedir más, y las aves me sobrevolaron para defecar excremento de conejo en mi cara como señal de agradecimiento, y si vas al camino podrás ver pelos de conejo pegados en la brea, siempre dejo alguno...y siempre sucede...
Sin más, volví a darle vuelta a mi pensamiento y saludé al hombre conejo, mientras limpiaba su escopeta para matar conejos, con la marca indeleble en mi mente de lo que debe se debe sentir un orgasmo de conejo.